martes, 16 de junio de 2009

En la capilla de Moloch


La nueva entrega de Hellboy con Mignola al guión y a la parte gráfica mantiene las señas de identidad del autor y del personaje.
Mignola domina como pocos los ambientes, las atmósferas, los silencios y ese instante siguiente al narrado que todos estamos esperando.
Su dominio gráfico es importante, demostrando que la mayor parte de las veces mostrar más no significa ser mejor.
En cuanto a la historia, poco hay que decir, salvo la amenaza agazapada, el pueblo aparentemente tranquilo y unos cuantos buenos mamporros que vienen siendo habituales, aunque siempre hay una risa socarrona asomando y algún chiste acertado para animar la situación.
Un buen homenaje a Goya aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y un par de bromas respecto a los marchantes de arte y a la compra/venta de pisos destacan en esta historia algo repetitiva, sencilla y sin pretesiones y que se lee en un suspiro.

2 comentarios:

  1. Bueno, parece que reúne todos los rasgos típicos de las historias breves de Hellboy.
    Lo que sí me pareció abusivo fue el precio por un sólo número.
    ¡Saludos!

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  2. Pues sí, Mike. Lo bueno es que Fran me regaló el comic y eso que me ahorré.
    ¡Gracias Fran!

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