El conocido autor de Conan también narró las aventuras de un justiciero del siglo XVI llamado Solomon Kane.
La editorial Astiberri ha sacado a la luz una nueva edición en castellano de 8 relatos del puritano vengador (más un relato de corte histórico de la invasión musulmana a Europa y de su asedio a Viena, donde la marea humana se vio detenida) ilustrados por el genial David Rubín.
Cierto es que Solomon no tiene la pegada, la complejidad de un personaje como Conan, y también que en ocasiones sus graníticas personalidad y convicción ética le restan atractivo al no presentar luces y sombras. Sin embargo los relatos son puro Howard: Monstruos, amenazas, gran ambientación y la sensación de estar acompañando al protagonista en sus aventuras, que siempre te hacen pasar un grato momento de lectura. Howard tiene un feeling especial que hace que te sientas como en casa cuando lees un relato suyo que desconocías.
El relato de corte histórico resume bastante bien la situación del asedio a Viena y está a la altura de otros grandes relatos del mismo corte (sin ir más lejos y guardando las distancias entre ambos, por ejemplo con El sitio de Constantinopla, de Mika Waltari).
Rubín demuestra su enorme capacidad para la fabulación y la mostruosidad, aportando su toque especial de ambiente tanto en las aventuras africanas como en las asiáticas.
Me ha durado cuatro días...
La editorial Astiberri ha sacado a la luz una nueva edición en castellano de 8 relatos del puritano vengador (más un relato de corte histórico de la invasión musulmana a Europa y de su asedio a Viena, donde la marea humana se vio detenida) ilustrados por el genial David Rubín.
Cierto es que Solomon no tiene la pegada, la complejidad de un personaje como Conan, y también que en ocasiones sus graníticas personalidad y convicción ética le restan atractivo al no presentar luces y sombras. Sin embargo los relatos son puro Howard: Monstruos, amenazas, gran ambientación y la sensación de estar acompañando al protagonista en sus aventuras, que siempre te hacen pasar un grato momento de lectura. Howard tiene un feeling especial que hace que te sientas como en casa cuando lees un relato suyo que desconocías.
El relato de corte histórico resume bastante bien la situación del asedio a Viena y está a la altura de otros grandes relatos del mismo corte (sin ir más lejos y guardando las distancias entre ambos, por ejemplo con El sitio de Constantinopla, de Mika Waltari).
Rubín demuestra su enorme capacidad para la fabulación y la mostruosidad, aportando su toque especial de ambiente tanto en las aventuras africanas como en las asiáticas.
Me ha durado cuatro días...
Coño, este apuntatelo para dejarmelo, que me llama muy mucho, y cuando me lo prestes y me lo lea, creo que me veré obligado a comprarmelo, por lo que te terminaré odiando XD
ResponderEliminarUn abrazo!
Apuntado está. En cuanto vuelva el rehén que tienes contigo te dejo éste,jeje
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