Mediocre batiburrillo el que termina montando Andy Diggle con Daredevil tras el cambio de testigo de Brubaker en la colección, en esta saga que a priori prometía mucho más.
Al comienzo de esta saga teníamos al cuernecitos al frente de la organización ninja La Mano, con el vigilante intentando convertirla en una fuerza pacificadora con base en la Cocina del Infierno.
Pues bien, sin necesidad de contar más que cuatro rasgos generales de la saga (editada en castellano en un tomo de casi 300 páginas que recoge los números 508 a 512 de la serie regular más la miniserie Shadowland de 5 números y el epílogo de dicha miniserie) , todo lo que podría haber seguido el tono serio, urbano y adulto de la serie, salta por los aires al introducir elementos "sobrenaturales" en el guión, que descargan de responsabilidad en sus acciones al personaje principal (uno de los fuertes del personaje, que muestra habitualmente sus puntos fuertes personales tánto como los débiles). Nada de evolución psicológica. Nada de desarrollo sobre la problemática ética o moral. Nada de afectación en el alma del personaje salvo dientes apretados...
El resultado es un mejunje en el que se mezclan cuantos más personajes mejor (así hay más palos para repartir) aunque no importe de dónde salen, el porqué están allí o porqué no vuelven a aparecer después, y que finaliza con otra vuelta a una situación antiguamente vista en otra de las (esa vez sí) más interesantes etapas del personaje.
Tampoco ayuda demasiado la parte gráfica, que si bien mantiene la atmósfera y en general un buen trabajo (sobre todo de Roberto de la Torre), se ve muy flojita por parte de Billy Tan (esos escorzos en los que los brazos parecen haber sido literalmente rotos por decenas de huesos) o en las portadas de Cassaday (desprovistas de complejidad, planas, infantiles y también con problemas anatómicos).
La sensación final que queda es la de que tan solo se ha tratado bien a un puñado de personajes secundarios (Foggy, Urich, Tarántula) y la de que se nos ha birlado la oportunidad de haber disfrutado de verdad con algo que podría habernos hecho seguir disfrutando con el personaje.
Por cierto, ¿Qué pinta el comisario Gordon en todo esto?...
Lástima...
Al comienzo de esta saga teníamos al cuernecitos al frente de la organización ninja La Mano, con el vigilante intentando convertirla en una fuerza pacificadora con base en la Cocina del Infierno.
Pues bien, sin necesidad de contar más que cuatro rasgos generales de la saga (editada en castellano en un tomo de casi 300 páginas que recoge los números 508 a 512 de la serie regular más la miniserie Shadowland de 5 números y el epílogo de dicha miniserie) , todo lo que podría haber seguido el tono serio, urbano y adulto de la serie, salta por los aires al introducir elementos "sobrenaturales" en el guión, que descargan de responsabilidad en sus acciones al personaje principal (uno de los fuertes del personaje, que muestra habitualmente sus puntos fuertes personales tánto como los débiles). Nada de evolución psicológica. Nada de desarrollo sobre la problemática ética o moral. Nada de afectación en el alma del personaje salvo dientes apretados...
El resultado es un mejunje en el que se mezclan cuantos más personajes mejor (así hay más palos para repartir) aunque no importe de dónde salen, el porqué están allí o porqué no vuelven a aparecer después, y que finaliza con otra vuelta a una situación antiguamente vista en otra de las (esa vez sí) más interesantes etapas del personaje.
Tampoco ayuda demasiado la parte gráfica, que si bien mantiene la atmósfera y en general un buen trabajo (sobre todo de Roberto de la Torre), se ve muy flojita por parte de Billy Tan (esos escorzos en los que los brazos parecen haber sido literalmente rotos por decenas de huesos) o en las portadas de Cassaday (desprovistas de complejidad, planas, infantiles y también con problemas anatómicos).
La sensación final que queda es la de que tan solo se ha tratado bien a un puñado de personajes secundarios (Foggy, Urich, Tarántula) y la de que se nos ha birlado la oportunidad de haber disfrutado de verdad con algo que podría habernos hecho seguir disfrutando con el personaje.
Por cierto, ¿Qué pinta el comisario Gordon en todo esto?...
Lástima...
Yo creo que Marvel trata de sacar adelante una serie de personajes que no tienen tirón de ninguna forma, una aventura con buena pretención, pero muy poco interesante
ResponderEliminarHola Daniel:
ResponderEliminarNo sé el nivel de ventas de las etapas anteriores, peo desde luego la crítica y los aficionados creo que hemos disfrutado con Daredevil como hacía tiempo que no lo hacíamos.
No sé si será exclusivamente injerencia editorial o incapacidad del guionista...
Ya decía yo que había oído opiniones encontradas. O sea que, truño.
ResponderEliminarAnónimo:
ResponderEliminarTruñito, sí....
Bueno, yo romperé una lanza a favor de este tochaco que me ha enganchado de principio a fin y en dos tardes me he zampado sus 300 páginas. Sin ser una gran historia ni nada de eso, he disfrutado con él y hasta he visto algún que otro detalle bonito en los dibujos de Billy Tan. Sobre el resto de dibujantes: De La Torre hace su mejor trabajo -en mi opinión- y Cassady se ha planteado las portadas como un mero entretenimiento lucrativo y poco exigente. Me echaba muy para atrás que se mezclara la serie regular de Daredevil con la miniserie de Tierra de Sombras y creo que este pupurrí no les ha quedado mal del todo. Para los incondicionales de DD es MUY RECOMENDADO y nos deja abierta una nueva etapa que recuerda aquel Bruce Banner en plan fugitivo recorriendo el mapa norteamericano. Y lo del Comisario Gordon yo tampoco lo he pillado...
ResponderEliminarRafa:
ResponderEliminarBueno, al menos a alguien le ha gustado...
Yo soy un incondicional de DD, pero para nada me ha gustado la hitoria y cómo la han llevado.
Y la situación...¡¡es que repite lo que ya hemos visto anteriormente!
Pero bueno, me alegro por tí, hombre, XD