"Una pareja:
Él detrás, situando sus brazos sobre el vientre de ella. La chica intenta tomar una foto, pero no le gusta. Patalea en el suelo con el pie izquierdo como una niña enfadada y sonríe. Lo intenta de nuevo. Ahora sí. Gira ligeramente el cuello. Se besan.
Ocupan el centro, acaramelados, mirándose, besándose con los ojos, como si no hubiese nadie a su alrededor. Un instante después ya no están.
Más tarde los localizo. Parece que disfrutasen del movimiento, o de mi búsqueda para encontrarlos.
Un trío:
Conversan animadamente. Parece que esperan a alguien más.
Una chica:
Habla por el móvil. Bosteza (como yo). No parece muy metida en conversación. Quizás no haya nadie al otro lado. No lo sé. Solo lo supongo.
El trío:
Ya no está. La gente va y viene. Como en la vida.
Una chica:
Rescata al chico de mi lado, mientras él habla por el móvil. Si alguien como ella viniese a buscarme colgaría inmediatamente. ¡Al diablo con el móvil!
La chica de azul:
Continúa mascando chicle. Parece que este paga por la espera. Intenta no parecer ansiosa, pero no lo consigue.
Una pelea:
La gente mira. Segundos después todo sigue como al principio.
El tráfico:
Se mueve a ritmo de Semana Santa.
Mientras, se forman grupos más o menos numerosos. La mayoría pequeños.
Yo:
Pasan cinco minutos de la hora. El calor del autobús acaricia mi espalda. Recuerdo otro día aquí, no hace mucho. Se repite el baile. ¿Termina todo por repetirse?
El hombre a mi derecha:
Encuentra a quien esperaba -o es encontrado- y salta de mi lado. Escucha animadamente, asintindo y sonriendo. Abandonan la orquesta.
Una chica:
Sentada en la barandilla, con los pies apoyados en la barra. Su pareja -lo sabré por el gesto en unos segundos- aparece por detrás y acerca las manos a su cintura. Respingo y mirada hacia atrás. Sonrisa y beso.
Otra pareja:Él detrás, situando sus brazos sobre el vientre de ella. La chica intenta tomar una foto, pero no le gusta. Patalea en el suelo con el pie izquierdo como una niña enfadada y sonríe. Lo intenta de nuevo. Ahora sí. Gira ligeramente el cuello. Se besan.
Ocupan el centro, acaramelados, mirándose, besándose con los ojos, como si no hubiese nadie a su alrededor. Un instante después ya no están.
Más tarde los localizo. Parece que disfrutasen del movimiento, o de mi búsqueda para encontrarlos.
Un trío:
Conversan animadamente. Parece que esperan a alguien más.
Una chica:
Habla por el móvil. Bosteza (como yo). No parece muy metida en conversación. Quizás no haya nadie al otro lado. No lo sé. Solo lo supongo.
El trío:
Ya no está. La gente va y viene. Como en la vida.
Una chica:
Rescata al chico de mi lado, mientras él habla por el móvil. Si alguien como ella viniese a buscarme colgaría inmediatamente. ¡Al diablo con el móvil!
La chica de azul:
Continúa mascando chicle. Parece que este paga por la espera. Intenta no parecer ansiosa, pero no lo consigue.
Una pelea:
La gente mira. Segundos después todo sigue como al principio.
El tráfico:
Se mueve a ritmo de Semana Santa.
Mientras, se forman grupos más o menos numerosos. La mayoría pequeños.
Yo:
Pasan cinco minutos de la hora. El calor del autobús acaricia mi espalda. Recuerdo otro día aquí, no hace mucho. Se repite el baile. ¿Termina todo por repetirse?
El hombre a mi derecha:
Encuentra a quien esperaba -o es encontrado- y salta de mi lado. Escucha animadamente, asintindo y sonriendo. Abandonan la orquesta.
Una chica:
Sentada en la barandilla, con los pies apoyados en la barra. Su pareja -lo sabré por el gesto en unos segundos- aparece por detrás y acerca las manos a su cintura. Respingo y mirada hacia atrás. Sonrisa y beso.
Ella apoya ligeramente su cabeza sobre él, cariñosamente. Bostezos. Las ganas aún vencen a las fuerzas.
Yo:
Creo ver a alguien conocido. Me equivoco. Casi es de noche. Estamos iniciando octubre.
La chica de las piernas bonitas:Yo:
Creo ver a alguien conocido. Me equivoco. Casi es de noche. Estamos iniciando octubre.
Pasea de un lado para otro, luciéndose. Lo sabe. Eso le resta todo el encanto. Se gira y anda enérgicamente, pero recibo una llamada y la pierdo de vista.
Yo:
Dejo la plaza y camino hacia el nuevo lugar de encuentro.
Es curioso el momento del cambio, de la transformación:
Caras largas, aburridas, cansadas. Miradas perdidas. Entonces aparece el esperado. La esperada. El rostro cambia, vive, recupera la esperanza. Sonríe y recobra todo su esplendor. Puede durar un instante o minutos, pero siempre es mágico...Un abrazo, un golpeteo en el hombro, saltos de alegría desbocada...Y todos renacemos un poco..."
JC
Yo:
Dejo la plaza y camino hacia el nuevo lugar de encuentro.
Es curioso el momento del cambio, de la transformación:
Caras largas, aburridas, cansadas. Miradas perdidas. Entonces aparece el esperado. La esperada. El rostro cambia, vive, recupera la esperanza. Sonríe y recobra todo su esplendor. Puede durar un instante o minutos, pero siempre es mágico...Un abrazo, un golpeteo en el hombro, saltos de alegría desbocada...Y todos renacemos un poco..."
JC
¡Me ha gustado mucho!
ResponderEliminar¡Mil gracias, Pablo!
ResponderEliminarLos que llegamos temprano, o a la hora, tenemos tiempo de fijarnos en estas cosas.
ResponderEliminarMuy buena idea! Enhorabuena
ResponderEliminarMiguel Ángel:
ResponderEliminarDiste en el clavo,jejejeje
Y encima ese día llegué superpronto.
Carmen:
Lo que hace el aburrimiento...XD
¡Yo sólo transcribí lo que veía!
¡Gracias! :)