Con algo de retraso en la reseña, me alegro de poder recomendar una pellícula de la que a priori no esperaba demasiado. Desengañado por la floja Wolverine y por el bajón de nivel en X Men 3, no esperaba que la franquicia retomase la buena senda, pero afortunadamente así ha sido con esta precuela, que pese a sus obvias limitaciones y a su esquema sencillo y típico, no deja de mostrar pequeños aciertos.
Mostrar el inicio de la saga construyendo una nueva continuidad en la pantalla que encaje con la trilogía es posiblemente complicado, así como elegir personajes y tramas. Pese a los posibles fallos de continuidad (en los que no entro), la película se muestra ciertamente entretenida, y se soporta básicamente sobre los pilares interpretativos del personaje de Magneto y de Sebastian Shaw, con el Profesor Xavier como interesante acompañante. El trabajo del actor alemán Michael Fassbender destaca -al igual que lo hacía su contrapartida de la trilogía, con el maravilloso Ian Mckellen en el mismo papel- por su versatilidad y complejidad, y Kevin Bacon acierta con el tortuoso y egocéntrico Shaw. El conflicto entre ambos (en el que podríamos incluir a Xavier) es la base del film, con el resto de personajes bastante desdibujados en comparación.
Pese a sus limitaciones, la adaptación se deja ver, entretiene, y mantiene la atención del espectador, lo que no es decir demasiado pero que en determinadas ocasiones no deja de ser bastante.
En esta ocasión no hay aparición de Stan Lee, ni tomas tras los créditos, aunque sí que hay un par de apariciones a lo largo del metraje que como poco agradecerán los habituales de la saga...
Mostrar el inicio de la saga construyendo una nueva continuidad en la pantalla que encaje con la trilogía es posiblemente complicado, así como elegir personajes y tramas. Pese a los posibles fallos de continuidad (en los que no entro), la película se muestra ciertamente entretenida, y se soporta básicamente sobre los pilares interpretativos del personaje de Magneto y de Sebastian Shaw, con el Profesor Xavier como interesante acompañante. El trabajo del actor alemán Michael Fassbender destaca -al igual que lo hacía su contrapartida de la trilogía, con el maravilloso Ian Mckellen en el mismo papel- por su versatilidad y complejidad, y Kevin Bacon acierta con el tortuoso y egocéntrico Shaw. El conflicto entre ambos (en el que podríamos incluir a Xavier) es la base del film, con el resto de personajes bastante desdibujados en comparación.
Pese a sus limitaciones, la adaptación se deja ver, entretiene, y mantiene la atención del espectador, lo que no es decir demasiado pero que en determinadas ocasiones no deja de ser bastante.
En esta ocasión no hay aparición de Stan Lee, ni tomas tras los créditos, aunque sí que hay un par de apariciones a lo largo del metraje que como poco agradecerán los habituales de la saga...
Para mi todo un peliculon. Creo que la mano de Brian Singer se nota en muchos fragmentos, para bien!!!
ResponderEliminarSí, creo que sí. Está bien influeniada como dices.
ResponderEliminar¡Un abrazo, campeón!
Floja.
ResponderEliminarAnónimo:
ResponderEliminarEres un poco osco (de huesos)
Me pareció muy entretenida y un digno cambio de rumbo para la franquicia, fiel al espíritu de las dos primeras partes.
ResponderEliminar¡Saludos!
Pues sí, Mike, en esa línea va.
ResponderEliminar¡Un saludete!