Humilde, sencillo y cercano, Guéra mostró sus más profundas ideas y sensaciones acerca de los encargos y de su manera de llevarlos a cabo, incidiendo contínuamente en el trabajo, en la capacidad de innovación y de intentar las cosas sin miedo a perderse o a fracasar en el intento.
Analizó sus retratos de artistas del jazz. Tras estudiar sus fotos y escuchar su música durante días, lo apartó todo y dibujó todas las ilustraciones de un tirón. Un sistema que no ha vuelto a utilizar. Afirmó que nunca ha tenido la mano tan ligera y suelta como en aquella ocasión, y que usó ese sistema aquella vez porque sintió que era lo que debía hacer.
Para él, hay que dejarse llevar por el momento y experimentar sin parar.
También se detuvo en cómo enfocar una ilustración y cómo tras haber trabajado durante un tiempo, uno se da cuenta de cómo podría haber ejecutado mejor ese trabajo anterior, añadiendo una hierba más alta o jugando con los personajes de la escena, permitiendo que no compitan entre sí por la atención del espectador.
Otros pequeños detalles que comentó fueron cómo combinar el realismo y un fondo mágico y cuasi onírico como contraste (foto dos: viñeta inferior derecha) o la mezcla de elementos contradictorios en una ilustración (algo que le gusta especialmente, por la posibilidad de entresacar con el pensamiento algo más que lo puramente estético).
Uno de los lujos adicionales de la visita fue contar con Jason Aaron. Ambos (como sabéis, este último es el guionista y Guéra se ocupa de la parte artística) son los artífices de la estupenda serie Scalped. Aaron no tuvo más que palabras de agradecimiento y admiración hacia Guéra, mostrando en varias de las splash pages expuestas que retrataban en solitario a algunos de los protagonistas principales de la serie cómo la labor del guionista es muy sencilla mientras que la labor del ilustrador esconde una cantidad inmensa de trabajo y de detalles (para estos casos decía de sí mismo que tan solo escribía por ejemplo: Dash, comiendo solo en un bar, dejando toda la carga a Guéra, que se lucía como pocos son capaces de hacer, añadiendo multitud de detalles de ambiente, además de acertar con la imagen a transmitir).
Al inicio de la serie -comentó Aaron-, se centraron en los personajes principales en cinco capítulos donde en cada uno de ellos se contaba una pequeña historia acerca de los mismos. Sabiendo que el potencial de la serie se encontraba en los personajes y en que los lectores se identificasen con ellos para que la colección saliese adelante, usaron este tipo de narración para conseguirlo, y por fortuna todo salió como esperaban.
Guéra añadió la importania de dibujar todo tipo de cosas, porque nunca se sabe en qué momento lo vas a necesitar como habilidad a la hora de afrontar un nuevo encargo. Una vez asimilado, se puede usar para lo que necesites.
En la exposición (hasta el 24 de Septiembre se podrá visitar, así que daos prisa) se puede admirar el arte de Guéra en múltiples facetas: Bocetos, ilustraciones a color y a blanco y negro, encargos de agencias de publicidad, páginas de comic de Scalped, ilustraciones para las novelas de El Coyote...
Qué suerte tuvimos de estar allí...
Analizó sus retratos de artistas del jazz. Tras estudiar sus fotos y escuchar su música durante días, lo apartó todo y dibujó todas las ilustraciones de un tirón. Un sistema que no ha vuelto a utilizar. Afirmó que nunca ha tenido la mano tan ligera y suelta como en aquella ocasión, y que usó ese sistema aquella vez porque sintió que era lo que debía hacer.
Para él, hay que dejarse llevar por el momento y experimentar sin parar.
También se detuvo en cómo enfocar una ilustración y cómo tras haber trabajado durante un tiempo, uno se da cuenta de cómo podría haber ejecutado mejor ese trabajo anterior, añadiendo una hierba más alta o jugando con los personajes de la escena, permitiendo que no compitan entre sí por la atención del espectador.
Otros pequeños detalles que comentó fueron cómo combinar el realismo y un fondo mágico y cuasi onírico como contraste (foto dos: viñeta inferior derecha) o la mezcla de elementos contradictorios en una ilustración (algo que le gusta especialmente, por la posibilidad de entresacar con el pensamiento algo más que lo puramente estético).
Uno de los lujos adicionales de la visita fue contar con Jason Aaron. Ambos (como sabéis, este último es el guionista y Guéra se ocupa de la parte artística) son los artífices de la estupenda serie Scalped. Aaron no tuvo más que palabras de agradecimiento y admiración hacia Guéra, mostrando en varias de las splash pages expuestas que retrataban en solitario a algunos de los protagonistas principales de la serie cómo la labor del guionista es muy sencilla mientras que la labor del ilustrador esconde una cantidad inmensa de trabajo y de detalles (para estos casos decía de sí mismo que tan solo escribía por ejemplo: Dash, comiendo solo en un bar, dejando toda la carga a Guéra, que se lucía como pocos son capaces de hacer, añadiendo multitud de detalles de ambiente, además de acertar con la imagen a transmitir).
Al inicio de la serie -comentó Aaron-, se centraron en los personajes principales en cinco capítulos donde en cada uno de ellos se contaba una pequeña historia acerca de los mismos. Sabiendo que el potencial de la serie se encontraba en los personajes y en que los lectores se identificasen con ellos para que la colección saliese adelante, usaron este tipo de narración para conseguirlo, y por fortuna todo salió como esperaban.
Guéra añadió la importania de dibujar todo tipo de cosas, porque nunca se sabe en qué momento lo vas a necesitar como habilidad a la hora de afrontar un nuevo encargo. Una vez asimilado, se puede usar para lo que necesites.
En la exposición (hasta el 24 de Septiembre se podrá visitar, así que daos prisa) se puede admirar el arte de Guéra en múltiples facetas: Bocetos, ilustraciones a color y a blanco y negro, encargos de agencias de publicidad, páginas de comic de Scalped, ilustraciones para las novelas de El Coyote...
Qué suerte tuvimos de estar allí...
Probablemente esta haya sido la exposición que más he disfrutado en muuucho tiempo y es que tener al autor contándote la historia detrás de cada página, portada o boceto no tiene precio.
ResponderEliminarLa bomba, Quike...
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