miércoles, 16 de noviembre de 2011

Salón del Manga de Barcelona


El Libro del Destino acudió mediante el enviado especial Mr. O a la nueva edición recién clausurada. A continuación os dejo con el resumen del Salón:

"Un año más el Saló del manga celebrado en L´Hospitalet de Llobregat cerró sus puertas tras 4 días de enorme afluencia. Según los datos oficiales de la organización (Ficomic), fueron 65000 las personas que se acercaron al recinto de La Farga para visitar las exposiciones, ponerse al día, con las novedades editoriales, lucir sus disfraces o incluso para participar en los concursos, conciertos y conferencias que acogió la 17ª edición de las jornadas.

En la edición de este año -que parece que será la última en el recinto de La Farga, para trasladarse el año que viene a la Fira de Barcelona-, se ha mantenido el calendario de certámenes anteriores, aprovechando el puente del 1 de Noviembre, de modo que un gran número de chavales, adolescentes y familias enteras acudieron a jornada completa por la festividad en las escuelas y el puente, que ayudó a la ocasión.

Con mucho cierto por parte de la organización se mantuvo la separación en diferentes espacios, quedando en La Farga los stands de tiendas, exposiciones, salas de conferencias y talleres, además del área de videojuegos y los stands de restauración, separando las actividades más tumultuosas y ruidosas a otros espacios como el Poliesportiu del centre (cosplay y karaoke y actuaciones de grupos musicales tipo J-Pop) o el Centre cultural Barradas (auditorio para proyecciones).

Mención especial para el manga bus que trasladaba gratuitamente al público entre los diferentes espacios.

Ciertamente el recinto de La Farga se ha quedado pequeño desde hace tiempo para acoger a la enorme cantidad de público que asiste al Saló del Manga. Además hay otra cuestión que favorece las aglomeraciones como es el hecho de que gran parte del público asistente lo hace disfrazada con intención de pasar el día entero en el recinto, algo muy distinto a lo que suele suceder en el Saló del Cómic, donde los visitentes suelen entrar, comprar, ver las exposiciones y salir con mayor rapidez.

Las colas para entrar al Saló suelen llegar a rodear el recinto por completo y durar hasta hora y media (como la mañana del día 31, en que los asistentes disfrazados entran gratis). Esto obedece a lo mencionado anteriormente. Si la gente que está dentro no se mueve, ya no se puede dar cabida a más asistentes y la cola deja de avanzar.
Esperamos que el mayor espacio disponible en La Fira de Barcelona se adapte mejor a las necesidades de esta convención a partir de la próxima edición.

En lo que se refiere a las actividades -dejando de lado conciertos, karaoke, videojuegos y cosplay-, destacamos la exposición titulada Samuráis de papel, donde se pudo disfrutar de una ligera ojeada a los samuráis desde el punto de vista del folklore y cultura popular nipona. Mediante una serie de reproducciones de imágenes icónicas se mostró un recorrido por la evolución de la representación del Samurai en TV, cine y por supuesto el manga.

Junto a esta exposición y en el mismo espacio, se podía visitar otra sobre el Kimono (Arte y espíritu de Japón), con diez ejemplares de esta tradicional vestimenta a partir de los que se podía ver la variedad y elegancia de los estampados de esta pieza básica en la cultura japonesa.

Y como colofón a este espacio ambientado en el Japón antiguo y dedicado básicamente a los samuráis, qué mejor que un par de vitrinas repletas de espadas y armamento junto a las obras originales de Hiroshi Harata, del que podríamos decir que fue la estrella del Saló.

La exposición del autor consistió en una veintena de bocetos, ilustraciones y pinturas dedicadas enteramente a la figura del Samurai, que es el foco de atención principal en la obra de este septuagenario autor, apenas conocido aquí y de quien la editorial Glénat ha publicado recientemente varios volúmenes autoconclusivos.

También se pudo visitar una exposición "retrospectiva" decicada al trabajo de la ilustradora Victoria Francés, que goza de gran popularidad entre el público más joven y afín al manga.
Tristemente, aun siendo el montaje de la exposición uno de los más logrados del año, no se trataron de obras originales, sino de copias expuestas.

Finalmente queremos constatar que los expositores no se desmarcaron de la habitual tendencia a abarrotar escaparates de merchandising, tebeos, muñecos, peluches y camisetas -aunque por lo que nos comentaron varios de ellos parece que las ventas no fueron mejores que las del año pasado, lo que no es una buena noticia, claro-, sin ninguna novedad especialmente destacable excepto quizás la proliferación de tiendas de saldos y la feliz reedición de las películas de Studio Ghibli en DVD.

Las editoriales redujeron sus espacios de exposición a meras tiendas, aunque parece que han descubierto el tirón de las sesiones de firmas. Hace apenas unos años no habían casi sesiones, y parece que ahora empezamos a aprovechar la aparición de autores de manga españoles, como es el caso de Belén Ortega, Kenny Ruiz (premio al mejor autor español de Manga por Dos Espadas), Studio Kôsen y Xian Nu Studio, que entre otros, estuvieron firmando ejemplares de sus respectivas obras cubriendo ese espacio que es mucho más complicado de hacer con los autores japoneses, principalmente por razones económicas.
Afortunadamente para los fans los autores patrios suelen dibujar para los aficionados, a diferencia de los japoneses, que se limitan a estampar una firma en una lámina que distribuye la editorial o en un libro.

Este año pudimos asistir a los preparativos de las firmas de Hiroshi Hirata, seguidos por el público con gran expectación. Y aunque al final el autor no dibujó, tuvo el detalle de empapar sus pinceles de caligrafía y marcarse una sesión de firmas a la japonesa.

Pese a los problemas económicos que asaltan a los salones culturales, le deseamos todo lo mejor y una larga vida a al Saló del manga en su nueva ubicación".

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