Con dos autores en estado de gracia (la ambientación, diseño y plasticidad realista de Martínez son de película), y una propuesta centrada y potente, el cómic no podría resultar más interesante.
Incluso sin ser un fan del género, el enfoque es tan acertado, la sorpresa tan enorme, el juego que se plantea tan rico, que uno no puede más que leer cada nueva entrega para saber qué va a pasar con los personajes y hacia dónde va a girar o avanzar la trama.
Un grupo de amig@s y conocid@s se reúne en una bonita casa a orillas de un lago, invitados por un amigo común, que resultará no ser quien parece ser. Y de repente sucesos ocurrirán, y...
Ya leídos los cuatro primeros números (de doce), el nivel se mantiene en 10 sobre 10.
De momento, una de las lecturas del año. Ojalá siga la diversión hasta el final.
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