Qué bien que Tomine esté de vuelta. Y qué mal que se paladee en un momento y se acabe.
Cinco historias cortas, con estilos gráficos diferentes, todos ellos funcionalmente adaptados a cada tipo de historia: sobrios, divertidos, sencillos o preciosamente realistas, pero todos ellos Tomine, y narrativamente efectivos a más no poder.
Pequeños relatos que abarcan historias completas o simples fragmentos que nos hacen reír, preocuparnos, llorar o pensar sobre los personajes y sobre nosotros mismos. Tomine se asoma al alma humana, sondea, extrae y sintetiza su esencia, no importa qué se desarrolle en el guión.
No todas son redondas al finalizarlas. Tampoco tienen que serlas, pero sin duda rozan lo mejor que este medio puede ofrecer: Un momento en el que zambullirse por completo en los otros y en uno mismo a través de esta combinación mágica de dibujos y palabras...
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