Enorme fue el impacto que provocó la inclusión en la competición olímpica de los baloncestistas profesionales estadounidenses por primera vez, en los juegos de Barcelona 92, con el mejor equipo de la historia del deporte de la canasta que había habido hasta entonces, hubo, y habrá nunca.
Este libro, con el entrenador elegido para la ocasión como narrador en primera persona, Chuck Daly, nos asoma a la historia olímpica anterior a aquel año irrepetible y a todo el proceso de selección, preparación y competición por el que pasaron los protagonistas.
Daly había ganado dos anillos de la NBA como entrenador de los Detroit Pistons y sus Bad boys, pero no fue responsable de la selección de jugadores (de hecho tres de sus figuras en Detroit, Joe Dumars, Isiah Thomas y Dennis Rodman no fueron seleccionados por el comité). Sin esa presión añadida, pero con la responsabilidad de retomar el oro olímpico perdido en la anterior competición, Daly narra de cerca su plan de trabajo, detalles de la concentración veraniega en Portland antes de viajar a Europa y de su estancia en Montecarlo, su filosofía de trabajo con estos grandes gigantes del baloncesto, su punto de vista sobre hasta dónde llegar en la presión hacia los mismos, y su gran respeto y admiración hacia sus profesionales, los mejores de la historia sin ninguna duda.
Daly contó con las mayores estrellas a nivel mundial. Todos esos egos y talentos convivieron aceptando sin problemas su papel en el equipo, contribuyeron al juego global sin luchas internas y con sacrificio, y culminaron su perfecto campeonato arrasando a sus rivales en todos los partidos (la victoria de menor cuantía fue por 32 puntos de diferencia), dejando una imagen imborrable e insuperable para los amantes del mejor baloncesto....
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