Antes de leer la miniserie estaba releyendo historias clásicas de Claremont (esas que nunca se olvidan y que han marcado cómo se debe escribir un cómic de superhéores de calidad) pensando sobre la (nueva) resurrección de Fénix y sobre cuántos de sus compañeros habían muerto antes: Xavier, Rondador, Cíclope, Lobezno, la propia Fénix varias veces...y aquí están todos de nuevo (o lo van a estar). Desde luego la muerte ya no es lo que era, al menos en los comics superheroicos clásicos. Cierto es que todas estas vueltas le restan credibilidad e impacto a los eventos en los que vuelven (dinero manda, amigos), aunque también es cierto que algunas de las historias que se han podido contar mediante dichas resurrecciones (y posteriormente) han merecido la pena. No es este el caso.
Se ve por los textos que el guionista, Matthew Rosenberg, ama al personaje y su historia, le importa e intenta hacerlo lo mejor posible. Y el inicio, con eventos inexplicables a investigar, y un cierto ambiente de intriga, junto al homenaje que hace a las historias y personajes importantes, parece apuntar maneras. Lo que pasa es que todo eso, que no está mal, no deja de tener poco que ver con el evento y la resolución, y no deja de ser paja de relleno para terminar haciendo lo mismo y traer de vuelta al personaje, que era lo importante. Eso sí, muchas portadas variantes y tapa dura para cobrar más caro todo al lector.
Gráficamente Yu no está en su mejor momento, Joe Bennett deja mucho que desear, y los españoles, tanto Rosanas como Pacheco y Fonteriz, están estupendos.
En fin, veremos qué nos trae de nuevo Jean a las nuevas historias de los X Men...
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