Hubo una época en la que había 50 mil fieles americanos que acompañaban a Byrne a cualquiera que fuese la colección en la que el autor empezase a trabajar. Y no creo que haya cifras en España equivalentes en cantidad (o que haya cifras públicas de ventas de la época, con esa opacidad con la que se manejan las editoriales de este país), pero sin duda el interés por el maestro era igual de intenso.
Namor empezó a publicarse en 1990, con un Byrne al mando de guión y dibujo (sólo Wiacek le entintó en las tres primeras entregas), para proseguir con todo el trabajo hasta dejar la serie a nivel gráfico en Jae Lee, manteniendo el guión.
Se recopila en dos tomos en España (ya salió el primero, con los 18 primeros números).
Byrne apuesta por una nueva etapa en la vida del mutante atlante, recordando el origen clásico, pero dotándole de otra dimensión, más centrada, más implicada en la realidad del mundo y de sus poderes económicos, más cercano a su parte humana. Byrne apuesta por explicar sus momentos de ira, y jugar tanto con nuevos personajes como con clásicos de siempre como Namorita, Puño de Hierro, Misty Knight o Los Invasores.
Una lectura adictiva, de esas en las que Byrne sabía cómo enganchar al lector poco a poco, y con una factura gráfica estupenda, con uso de tramas (se echan de menos en ocasiones).
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