Con dieciséis nuevas páginas se despiden (nunca se sabe si definitivamente, como apunta Busiek) Alex Ross y el propio Kurt de la saga que disparó su fama como autores de cómic, 25 años después.
Con amplia entrevista posterior y algunos de los bocetos preliminares y lápices originales de Ross como complemento, este epílogo homenajea así mismo a los en tiempos Nuevos X Men de Claremont y Cockrum, insertándose la historia en el X Men 98, en que los mutantes estaban en Navidad en New York y los Centinelas les atacaban.
Icónico momento, maravilloso trabajo de Ross y pequeña delicatessen para cerrar el círculo.
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