Joe Sinnott en New York Comic Con 2009

Un bonito regalo me cayó hoy prácticamente del cielo para animarme el día.

Carlos, uno de los habituales colegas sufridores de esperas en las convenciones de comics de todo el mundo, me consiguió una firma en New York que me hacía mucha ilusión.

No soy yo muy dado a ilusionarme con una firma de un autor (sí, si son guionistas, pero claro, con los dibujantes uno espera algo más habitualmente).

El caso es que le pedí si se le ponía a tiro una firma del Gran Joe Sinnott en un comic de los 4 Fantásticos.

¡Y no sólo lo consiguió, sino que lo retrató y todo con el comic!

Sinnott marcó un antes y un después como entintador en Marvel, marcando un estilo propio que se extendió a toda una editorial. En ocasiones trabajaba en numerosos títulos a la vez, intentando tapar las carencias de dibujo del encargado de turno. Y lo más impresionante es que aún continúa en activo pese a su avanzada edad, y trabajando a gran nivel.

La lectura de su Brush Strokes with Greatness -que repasa su trayectoria vital y profesional- fue una verdadera gozada. Pese a lo que previamente podría pensarse, Joe (como todo gran entintador en realidad) no sólo se dedicó a entintar, sino que fue durante bastante tiempo artista completo, trabajando en historias de ciencia ficción, guerra, horror, del oeste, ilustrando vidas de personajes de relieve internacional...Fueron más bien las necesidades de Marvel para publicar trabajos que iban mal con las fechas de entrega, o los problemas con determinados autores de baja calidad artística que necesitaban un buen entintador para arreglar la calidad del acabado, las que determinaron en buena medida que Joe fuese decantándose más hacia la tinta (debido a ese saber estar que todo gran tipo suele dar de sí, aceptando ayudar a los compañeros que se encuentran en un aprieto. Y claro, en aquella época Stan necesitaba de mucha ayuda) .

Os emplazo a una nueva entrega sobre Sinnott para dentro de poco.

Mi agradecimiento al propio autor por tantos años de magia y buenos ratos y al amigo Carlos por esa sonrisa que ha aflorado en mi cara.