Con motivo de la visita de Rubín a Barcelona me hice con el laureado tomo de La Tetería del Oso Malayo, editada por Astiberri por primera vez en 2006.
Tras leer alguna otra obra del autor, y con la buena prensa de la misma, me sumergí en su lectura temeroso de que no cubriese mis espectativas.
La tetería es el centro desde el que se cuentan las diferentes historias de los personajes protagonistas, donde se entrecruzan los caminos de los viandantes del largo, doloroso y en ocasiones difícil de sobrellevar peso de la vida. La obra se centra en el dolor -tan personal siempre- de diferentes personajes y de cómo se enfrentan a él. El desamor, la pérdida del amado, el sacrificio de los cercanos...
Si bien es verdad que el centro es éste, la obra no peca de oscura, tenebrosa y desasosegante, sino que aporta siempre ese granito de esperanza tan necesario para afrontar un nuevo día.
Un trabajo tan personal como recomendable y que sólo David Rubín podría llevar a cabo.
Y si además se puede charlar un momento con el autor y que te dedique la obra de forma tan especial como en esta ocasión, mejor que mejor.
Tras leer alguna otra obra del autor, y con la buena prensa de la misma, me sumergí en su lectura temeroso de que no cubriese mis espectativas.
La tetería es el centro desde el que se cuentan las diferentes historias de los personajes protagonistas, donde se entrecruzan los caminos de los viandantes del largo, doloroso y en ocasiones difícil de sobrellevar peso de la vida. La obra se centra en el dolor -tan personal siempre- de diferentes personajes y de cómo se enfrentan a él. El desamor, la pérdida del amado, el sacrificio de los cercanos...
Si bien es verdad que el centro es éste, la obra no peca de oscura, tenebrosa y desasosegante, sino que aporta siempre ese granito de esperanza tan necesario para afrontar un nuevo día.
Un trabajo tan personal como recomendable y que sólo David Rubín podría llevar a cabo.
Y si además se puede charlar un momento con el autor y que te dedique la obra de forma tan especial como en esta ocasión, mejor que mejor.
Pero los osos son los que salían del zoológico de la Iniciativa Dharma, ¿no?
ResponderEliminarTambién, también, pero no eran Malayos (creo)...
ResponderEliminarMe encanta David Rubín. No me cansaré de decirlo. Me parece uno de nuestros mejores y más personales autores y de los que tienen mayor proyección. Esta semana caerá el lilbro que acaba de salir con ilustraciones suyas de Solomon Kane
ResponderEliminarEs un tipo genial. Es un placer charlar con él cada vez que se tiene ocasión. Sencillo y amable con sus fans y un tipo realmente encantador.
Un tipo super simpático y un gran talento.
ResponderEliminarQué bien saber que ya está la edición de Solomon!