lunes, 14 de mayo de 2012

De cómo los cómics me hicieron quien soy, por Francisco Villalba


"Los comics me lo han dado prácticamente todo en mi vida.
Sé que, dicho así, suena a afirmación extremadamente exagerada. Pero les aseguro que, cuando me paro a pensarlo, no lo es tanto. Y estoy seguro de que mi caso no es único, sino más común de lo que puede parecer a simple vista.

Los comics, de pequeño, me abrieron una ventana a la imaginación que, afortunadamente, aún no se ha cerrado. Aún recuerdo los primeros comics de superhéroes que tuve (más tarde, en mi casa, han aparecido algunos viejos números de Vértice, pero esos, sinceramente, no sé cómo llegaron a mis manos): iba con mi madre y le pedí que me comprara “Secret Wars II” 40 y 41, una historia de Spiderman que parecía autoconclusiva (en aquella época, afortunadamente, todavía no se había puesto de moda el “decompressed storytelling”, es decir, alargar las historias para poder sacar un bonito tomo recopilatorio)
Mi madre accedió, sin poner ninguna pega (pobrecilla, no sabía el monstruo que estaba creando) Y aunque jamás ha entendido mi fascinación por los comics, tengo que agradecerle que nunca se negó a seguir dándome dinero para este pecular hobbie.

Hoy día servidor es guionista de televisión (hago un inciso y aprovecho para hacer descarada publicidad de “Jonas, la serie de animación”, el proyecto más bonito en el que he tenido la suerte de colaborar y que, por desgracia, por ahora sólo se puede ver en la Televisión Canaria). Y mucha gente se cree que es gracias a Shakespeare y Cervantes (aunque particulamente odio El Quijote) y Lope de Vega y todos los clásicos... qué también. Pero principalmente soy lo que soy gracias a los comics. Ellos, antes que nadie, me enseñaron el amor por la lectura y la fantasía.

En mi infancia los comics también me permitieron conocer a uno de mis primeros (y mejores) amigos, Fernando, al que también le gustaba Marvel. De eso hace casi tres décadas, y aunque en la actualidad ya prácticamente no hablamos nunca de superhéroes, lo cierto es que, sin ese primer empujón, quizás nunca nos hubiéramos hecho tan amigos.
Con el tiempo, los comics también fueron “los culpables” de que conociera a gente maravillosa, que ahora son grandísimos amigos (tengo la tentación de empezar a vomitar nombres, pero qué diablos, todos saben quiénes son, así que vamos a saltarnos el momento “discurso de agradecimiento”), gente con la que comparto risas y viajes y conversaciones sobre miles de temas. Pero el primer nexo fue, ¿lo adivinan?, los comics
A la mayoría los conocí en alguna cola, mientras esperaba a que el dibujante de turno me hiciera un sketch. Es curioso. Comencé a ir a convenciones para lograr dibujos y, si de paso hacía algún amigo, mejor que mejor. Y ahora es justo al revés: voy para tener la excusa de estar con mis amigos y, si cae algún dibujo, pues bienvenido sea.

Así que, recapitulando, los comics me han ayudado a ser el guionista que soy y han traído a mi vida a muchos de mis mejores amigos. Me han dado horas de diversión y gracias a ellos soy un poquito más feliz.
Por eso, cada vez que escucho a alguien decir que los tebeos son sólo para niños, siento muchísima pena por esa persona. Porque no sabe todo lo que se está perdiendo. Y no me refiero sólo a fabulosas historias de tipos en pijama".

3 comentarios:

  1. Muy bueno el texto Korinhian. Escribe bien el chico este, Francisco Villalba...

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  2. Seguro que es buena persona? No se, escritor y friki...xD

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