domingo, 9 de febrero de 2014

Cartas a Theo

"...cuanto más lo pienso, más siento que no hay nada más realmente artístico que querer a la gente".

Reveladora esta correspondencia de Vincent Van Gogh con su hermano Theo, en la que descubrimos aspectos en los que a priori podríamos no haber pensado nunca sobre la vida del artista. 

En las más de seiscientas cartas que se intercambiaron (seleccionadas en su edición), en las que casi siempre se referían con ternura y agradecimiento (pese a las ocasionales disputas), los dos hermanos (echo de menos poder leer las respuestas de Theo) hablan sobre la familia, el amor, la desesperación, la creatividad, el arte y los pintores pasados y del momento, las dificultades económicas, los planes futuros, la necesidad de sentir amor (nunca reconocimiento público, si bien sí reconocimiento del esfuerzo artístico y de la valía de su propio trabajo...), entre otros temas.

Vincent sobrevivió y vivió por y para la pintura, gracias a la aportación económica de su hermano (en vida Vincent tan sólo vendió un cuadro). Siempre dudando sobre su talento, pero nunca cicatero en cuanto al esfuerzo empleado para mejorar, ambos eran verdaderos apasionados del arte y la pintura. Los problemas mentales que Vincent fue sufriendo cada vez más a menudo hasta su fatal desenlace se ponen especialmente de manifiesto hacia el final de la correspondencia (bastante abundante también de reflexiones sobre la vida y las circunstancias personales).

Vincent también era consciente de la importancia relativa del arte en la vida en general, como sólo los grandes son capaces de comprender. 

Para los amantes entendidos de la pintura, las referencias a sus obras y las obras de otros artistas serán una delicia. Sin necesidad de ser un gran entendido, esta parte tiene su interés, y para los no versados o no interesados especialmente en esta parte, no será un impedimento para disfrutar del resto de lecturas.

Impactante e inolvidable el testimonio de Gauguin respecto a la época en que compartieron alojamiento...te deja los pelos de punta...

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