Nada que ver con la película de Truffaut, pero sin duda con un toque de homenaje al director francés, este pequeño cuento (pequeño por lo extenso) del escritor uruguayo tiene todo lo que los relatos cortos deben de tener: Una primera frase que ya atrapa, una trama que se desarrolla al ritmo necesario sin dejar de meternos en el desarrollo, y un final con gancho y pegada.
Y respecto al esto, nada mejor que lo descubráis por vosotros mismos.
Son nueve estupendas páginas...
Ilustración (fragmento): Fernando Vicente
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