Gran Metropoli Comic Con 2018

Una vez más gran trabajo el realizado por Pepe Caldelas y su gente en la edición recién clausurada de la Metropoli Comic Con, un evento que desde mi punto de vista no sólo se ha ido poco a poco colocando entre los mejores eventos de cómic del país, sino que en muchos aspectos ha superado a todos los demás. Desde luego es mi favorito ahora mismo ¿Por qué? Pues vamos a verlo:

Comics exclusivos de la Convención.

Fundamentalmente las cosas funcionan porque primero, se pone cariño, ganas y energía, porque se planifica en base al respeto y el cariño por el medio y sus artistas, así como por los fans y lo que les gusta, y después porque lo que se organiza y se implementa se hace de verdad, sin complicaciones.

Metrópoli permite disfrutar de comida rica, de música en directo y al aire libre, de ferias de artesanía y juguetes, y también del cómic y de los personajes de series de televisión y películas (con la presencia de actores de la serie Juego de Tronos o de películas como Star Wars, con ese grandísimo David M. Santana). Cada parte se integra en un todo complementario, pudiendo disfrutar sólo de una parte o de varias de ellas, o de todas, lo que hace que si tienes múltiples intereses, puedas disfrutar de cada uno de ellos.

Portada del cómic exclusivo de los artistas invitados. 

Lápices de todos, tintas de McLeod y colores de Arreola.

Respecto a la parte de cómic, hay exposiciones variadas de los artistas invitados, tiendas de merchandising y comics (aquí este año eché en falta más variedad de tiendas de cómic, la única mini pega), este año una maravillosa expo de figuras de Marvel a gran tamaño maravilló al numeroso público, se editan cómics exclusivos en los que participan los artistas invitados (este año con dos portadas diferentes, con Joe Jusko realizando una y todos los invitados participando en la segunda, dibujada entre todos y entintada por Bob McLeod), hay charlas y sorteos de cómics, y principalmente, se permite el acceso directo y organizado de los fans a los autores, con el sistema anglosajón de convención de cómics, en el que los artistas disponen de una mesa para vender su material, aceptar encargos y firmar cómics en base a lo que les interese hacer, pudiendo estar todos los días y a todas horas si es lo que quieren, disponibles.

Porque hay mucha gente que simplemente le hace ilusión pasar por delante y mirar lo que hay, otra busca unas firmitas en sus comics, algunos optan por compar los posters, láminas o material firmado y dedicado, y otros flipamos viendo sus originales, comprando alguno o encargando dibujos que te hacen allí mismo, siendo felices además de ver cómo van creando sus obras con el lápiz y la tinta. 

Figura del Capitán América a tamaño real.

Este sistema permite que tanto autores como fans consigan lo que quieren: los artistas cobran por su trabajo y los fans consiguen cada uno en su medida, lo que desean. 

Hablando de esto con alguno de los invitados, me comentaba que no había firmado a tanta gente en ningún otro salón, y que había vendido aquí más que en cualquier otro (refiriéndose incluso a salones ingleses, en los que hay en cantidad muchos más asistentes y en teoría mayor capacidad adquisitiva por parte de los fans).

Original de Gabriel Hernandez Walta

Si eres aficionado al cómic book americano de superhéroes, este es tu salón, sobre todo si tienes ya un bagaje lector, porque los invitados son clásicos con décadas de trabajo a sus espaldas, de aquellos que han estado toda la vida ofreciendo un grandísimo trabajo, con el que gran parte de nosotros hemos disfrtado desde la niñez. 

Este año Rick Leonardi, Bob McLeod, Dave Gibbons, Joe Jusko (cuatro pesos pesados), más el impresionate y graciosísimo Gabriel Hernández Walta, más un queridísimo y casi siempre presente Rodney Ramos y un Jorge Molina que lo está petando en los X Men fueron los grandes nombres, a los que ya se suman los de los años anteriores (Lyle, Zeck, Layton, Golden...)

Por ello Metropoli Comic Con se ha convertido en el salón de referencia del panorama actual español. 

¡Muchas gracias, Pepe!