Buen trabajo el de los autores para esta corta miniserie centrada en Espectro de Seda:
Darwyn Cooke y Amanda Conner juegan con la difícil adolescencia de Laurie Júpiter y la complicada relación con su madre Sally (por su pasado con los Minutemen y por ciertos comportamientos digamos, poco bien vistos en sociedad).
La primera entrega de esta miniserie de cuatro se centra en la necesidad de Laurie de escapar a lo que su madre ha programado para ella (algo ya visto en la miniserie original).
Sin ser nada realmente destacable por su originalidad, sí está bien traído, y a nivel gráfico es una verdadera delicia el trabajo de una Conner en plenitud, capaz de jugar con expresiones y capacidad gestual al nivel de un grande como Kevin Maguire, al tiempo que da en el clavo con el estilo y la ambientación de la época (años 60 del pasado siglo). Paul Mounts colabora con el color de manera remarcable, y la historia es correcta y se deja leer.
Seguiremos informando.
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