Len Wein acompaña con su guión de densidad clásica (me refiero a un guión donde su lectura no lleva 15 minutos de tiempo, sino a la manera de hace más décadas, donde uno además de pasar páginas disfrutando del dibujo y de la narración, leía una historia) al estupendo Jae Lee para narrar la historia desde la infancia de uno de los principales personajes de la miniserie original.
Lee hace un trabajo estupendo de diseño y caracterización, y su estilo encaja con el guión. Respecto a este, sin contar nada muy diferente de lo sabido, se deja leer, y habrá que ver cómo evoluciona y qué se atreverá a desvelar que ya no sepamos...
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