Una verdadera delicia es ver de nuevo a Adam Hughes dibujando el interior de un cómic:
La riqueza que muestra en las portadas se explaya en la simplicidad expresiva de los interiores, narrados con oficio y mostando lo que se necesita, sin añadidos innecesarios.
Straczynski bucea en el interior del personaje (tanto antes como después del incidente) y nos ofrece un cliffhanger interesante y diferente del material inicial en la primera entrega.
Hasta ahora con todo el material de los pre-Watchmen que se ha publicado, la segunda serie más interesante tras los Minutemen de Cooke y quizás a la par que la otra serie guionizada por él mismo:
Nite Owl. El guionista sabe lo que se hace.
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