Se dice que segundas partes nunca fueron buenas...y posiblemente sea una norma bastante acertada, aunque con excepciones, claro. Se me vienen a la cabeza dos de estas últimas: Toy Story 2 o la segunda parte de la trilogía de Christopher Nolan con Batman, por no ir más lejos.
Ahora bien...la verdad es que la segunda parte de la guerra civil superheroica no me llamaba nada, y apenas la he seguido, salvo por alguna colección tangencial que sigo o algún número suelto que no pensaba comprar pero que por equivocaciones termina uno adquiriendo. Y ahí voy al tema al leer el Totally awesome Hulk 9 (spoiler):
No sólo se cargan la etapa que podía haber generado la relación entre Amadeus Cho y Bruce Banner, que podía haber dado mucho de sí (sólo con los episodios en los que Alan Davis se encargó del dibujo ya se podía ver lo interesante que podía ser la historia), sino que porque sí, resulta que ahora los héroes de toda la vida se dedican a resolver las dificultades y las amenazas poniendo su fe ciega en visiones (sean acertadas o no) de ciertos personajes que auguran que o se asesina a una persona, o todo irá a peor. Bien...si esa es la opción ahora de un héroe clásico (creer a pie juntillas estas visiones apocalípticas y rendirse sin encontrar la solución al problema llegando a la solución final, por mucho sacrificio que suponga para su propia seguridad y felicidad personal), ¿¿quién necesita villanos??
Sinceramente, lamentable....
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