¿Una biografía puede ser imparcial?
Intentar condensar una vida por muchas páginas de las que se disponga para realizar el trabajo debe de ser una tarea complicada. Llena de satisfacciones, por supuesto, pero también de descubrimientos personales en todos los sentidos.
Sea por encargo puramente monetario o con una tendencia inicial de por medio a la hora de empezar el proyecto, uno debe de terminar por tomar de alguna forma partido en la vida del protagonista.
En el caso del interesante libro de McGilligan sobre la vida y la obra de Eastwood, el autor se decantó claramente por cargar las tintas en todas aquellas facetas negativas del astro de Hollywood: Racanería, aventuras continuas con mujeres, la egolatría que no soporta el enfrentamiento de una postura distinta, su falta de apego a amigos respecto a su trato indiferente y despectivo...
Tal vez creáis que alguien que a priori parta de una postura que defienda al actor, director, productor y compositor no podrá disfrutar de la lectura del grueso volumen, pero ahí está el acierto del escritor, que pese a decantarse tanto por una postura, hace interesante y fluida la lectura biográfica.
Aun con ese claro poso negativo de crítica abierta, el repaso a su vida y obra no deja de interesar, por el acopio importante de datos, declaraciones y entrevistas.
Eso sí, los comentarios elogiosos se reservan -sin prácticamente ninguna pega importante- hasta 1992 (el autor nace en 1930 y se estrena en pantalla en 1955) con la tetralogía de Sin perdón, En la línea de fuego, Un mundo perfecto y los Puentes de Madison, resevándose también ese tono positivo para Mystic River y finalmente para Million Dollar Baby.
Una vez terminada estoy deseando ponerme con la Biografía autorizada de Richard Schickel, que con la memoria portentosa de Eastwood seguro que no aporta críticas importantes, pero no cabe duda de que presentará la visión del propio autor sobre la obra que ha creado.
Y mientras, Easwood sigue trabajando, pese a su avanzada edad.
Gracias, y enhorabuena por tan grandes momentos, Mr. Eastwood.
Intentar condensar una vida por muchas páginas de las que se disponga para realizar el trabajo debe de ser una tarea complicada. Llena de satisfacciones, por supuesto, pero también de descubrimientos personales en todos los sentidos.
Sea por encargo puramente monetario o con una tendencia inicial de por medio a la hora de empezar el proyecto, uno debe de terminar por tomar de alguna forma partido en la vida del protagonista.
En el caso del interesante libro de McGilligan sobre la vida y la obra de Eastwood, el autor se decantó claramente por cargar las tintas en todas aquellas facetas negativas del astro de Hollywood: Racanería, aventuras continuas con mujeres, la egolatría que no soporta el enfrentamiento de una postura distinta, su falta de apego a amigos respecto a su trato indiferente y despectivo...
Tal vez creáis que alguien que a priori parta de una postura que defienda al actor, director, productor y compositor no podrá disfrutar de la lectura del grueso volumen, pero ahí está el acierto del escritor, que pese a decantarse tanto por una postura, hace interesante y fluida la lectura biográfica.
Aun con ese claro poso negativo de crítica abierta, el repaso a su vida y obra no deja de interesar, por el acopio importante de datos, declaraciones y entrevistas.
Eso sí, los comentarios elogiosos se reservan -sin prácticamente ninguna pega importante- hasta 1992 (el autor nace en 1930 y se estrena en pantalla en 1955) con la tetralogía de Sin perdón, En la línea de fuego, Un mundo perfecto y los Puentes de Madison, resevándose también ese tono positivo para Mystic River y finalmente para Million Dollar Baby.
Una vez terminada estoy deseando ponerme con la Biografía autorizada de Richard Schickel, que con la memoria portentosa de Eastwood seguro que no aporta críticas importantes, pero no cabe duda de que presentará la visión del propio autor sobre la obra que ha creado.
Y mientras, Easwood sigue trabajando, pese a su avanzada edad.
Gracias, y enhorabuena por tan grandes momentos, Mr. Eastwood.