Correcta y entretenida adaptación del trepamuros en pantalla (dejemos al lado las polémicas de si debería haberse partido de nuevo del inicio o no para relanzar la saga), que funciona principalmente por la química de sus protagonistas y la recreación que consigue el estupendo elenco de actores.
Con las historias del Ultimate Spiderman de Bendis como base para construir todo (lo que posiblemente favorezca la presentación para un público más actual, al tiempo que da a los conocidos y veteranos del personaje ese toque clásico de siempre), Marc Webb dirije una cinta que no resulta ni mucho menos indispensable, bastante ligera, pero al mismo tiempo entretenidísima, con una mezcla de escenas donde funciona a buen nivel el guión y/o la más que destacable actuación de los protagonistas:
Un para mi gusto fresco y sorprendente Andrew Garfield como Peter Parker, una interesantísima Emma Stone para el papel de Gwen (hay que disfrutar de la perfecta mezcla de su mirada y su voz), unos siempre solventes Sally Field y Martin Sheen -como casi siempre acertadísimos- como los tíos de Peter (Sally estupenda, con una tía May mucho más adulta y realista), un buen Capitán Stacy interpretado por Denis Leary y una gran presencia (que no profundidad, a la que le falta algo de desarrollo) de Rhys Ifans como el Dr. Connors.
Ese es a mi parecer el mayor tesoro de la película: la química entre el elenco.
Por lo demás, los efectos especiales destacan sin abrumar, y el traje de Spiderman no sólo mola, sino que es efectivo y queda estupendo en pantalla, estilizado y muy bien adaptado.
Así que, si queréis pasar un buen rato (espero que os convenza como a mí más que la primera parte de la Saga de Raimi, aunque la segunda fue una delicia y seguramente insuperable, todo hay que decirlo), pasáos por las salas antes de que aumenten el IVA...