Curiosa novela (primera de una trilogía) en la que James Morrow plantea que Dios muere,
Su enorme cuerpo físico necesitará una sepultura...¿o no?
Las implicaciones religiosas y teológicas, morales, espirituales, económico/sociales, psicológicas...son infinitas. ¿Cómo no puede afectar esa situación a la Humanidad?
Morrow, aun así, a pesar de que elabora (más que desarrollar) alguna de estas ideas, no termina de meterse a fondo, por incapacidad o por elección, en cada una de ellas. Creo que opta por dar una pequeña muestra de estas, y a partir de ahí desarrolla la historia de los personajes que tienen que lidiar con ello, con sus ideas preconcebidas, sus crisis, y evolución.
Por ello no deja de ser una novela de fácil lectura, curiosa, y a medio camino entre el entretenimiento, y la intelectualidad, con un mayor peso en el primero.