Guionista, miembro del Club
Holmes, apasionado de la cultura rusa, de la literatura y del cómic (entre otras muchas cosas), traductor y amigo,...
Sergio Colomino sigue con nuevos proyectos comiqueros (aparte de las dos historias dibujadas por
Jordi Palomé sobre
Sherlock Holmes: Sherlock Holmes y la conspiración de Barcelona y
Sherlock Holmes y el legado de Moriarty, ambas estupendas y más que recomendables).
Hoy comparto con vosotros una pequeña entrevista sobre su encuentro en persona con el Patriarca Mutante, Chris Claremont, artífice de tantas y tantas historias maravillosas para Marvel comics con los X Men. De sobra conocéis a Claremont, así que tras dar las gracias a Sergio por su amabilidad y su enorme talento, pasemos directamente a las palabras de Sergio sobre el encuentro:
"Desde que logro recordar, han sido muchos y muy variados los autores que se han convertido en objeto de admiración por mi parte y finalmente han acabado por ser modelos a seguir en mi trayectoria como autor, pero si tuviera que quedarme tan solo con dos nombres, me temo que caería en el lugar común y citaría a Chris Claremont y John Byrne.
Mr. Claremont. Photo source: Comic Vine
Uno de los primeros cómics que cayeron en mis manos, allá a finales de los 80, estaba realizado por esta pareja de genios (el 113, aquella aventura de la Nueva Patrulla-X en la que son capturados por Magneto y confinados en una base en el Antártida, dentro de un volcán), y puedo decir que fue una historia que leí y releí cientos de veces, hasta el punto de ser capaz de citar diálogos enteros. Desde entonces, ambos autores han seguido trayectorias separadas pero paralelas, con algunas cotas de gran calidad y no pocos fracasos creativos, pero siempre he defendido (y así seguiré haciéndolo) que el mejor trabajo lo realizaron en este período de colaboración, demostrando que muy a menudo el conjunto es mayor que dos talentos por separado.
Sin embargo, se me ha pedido que narre mi encuentro con un autor que admire, y en ello me centraré. Para eso, debemos remontarnos más de una década atrás, en concreto al Expocomic de Madrid del año 2005.
En aquella edición Chris Claremont era uno de los autores invitados, y sin duda uno de los más destacados Para mí se trataba de un objetivo principal a la hora de conseguir su firma, por los motivos que ya he indicado, y así se lo comenté a un amigo unos días antes de emprender el viaje a la capital. Fue entonces cuando mi amigo pronunció una frase que lo cambiaría todo:
´Entonces, ¿vas a llevarle el carnet o qué?´
Me reí con ganas. Mi amigo había hecho referencia a una curiosidad que he explicado una y otra vez durante años: en uno de los números de X-Men escritos por Claremont (el 171, aquel en el que Pícara se une a la Patrulla dibujado por Walter Simonson), el personaje de Madelyne Pryor hace una referencia a una fecha que, tal y como confirma un anonadado Scott Summers, es la misma en que murió Fénix. El guionista, que con toda seguridad tomó la fecha de publicación del cómic original, la situaba el 1 de septiembre de 1980. Curiosamente, la fecha de mi nacimiento.
Mi amigo y yo continuamos charlando, y tras un rato de conversación nos despedimos. Sin embargo, la idea seguía viva dentro de mi cabeza. Ciertamente, disponía de una copia de ese cómic en su edición original. ¿Y si yo…?
Llegó el día de la firma, y allí estaba yo, en el pabellón de la Casa de Campo con mi ejemplar en la mano. Fui madrugador y me encontré que era uno de los primeros de la fila. Tras esperar algunos minutos, llegó mi turno. Alargué el cómic a Claremont, pero antes de que llegar a cogerlo, lo abrí por la página en cuestión.
-Disculpe -dije-. En este cómic usted dijo que Fénix muere el 1 de septiembre de 1980…
Claremont parpadeó un par de veces y asintió en silencio, extrañado por la pregunta.
-Bien -añadí, al tiempo que con la otra mano le alargaba mi carnet de identidad-.
Yo nací el 1 de septiembre de 1980.
De repente, y ante la sorpresa de todos, Chris Claremont se echó a reír y me estrechó la mano con fuerza, no sin antes tomar el cómic y, tal vez para asegurarse, compararlo de nuevo con los datos (y la foto) del carnet. Volvió a reírse y me realizó una dedicatoria en la viñeta en cuestión, saludando a “Sergio, el hermano de Fénix”.
Esta anécdota sucedió mucho antes de que me planteara siquiera ser guionista de cómics, y por supuesto de que se publicara “Sherlock Holmes y la conspiración de Barcelona”, algo que no sucedería hasta siete años después. Huelga decir, por tanto, que jamás he colaborado con Chris Claremont, si bien siempre he pensado que, en algún lugar de la cabeza de ese genial guionista, está la semilla de una idea llamada “el hermano de Fénix”. Por mi parte, yo no pierdo la esperanza de verla publicada"