Uno de los pilares del periodismo moderno, nacido en Hungría a mitad del siglo XIX, Pulitzer marcó la necesidad de iniciar los estudios formativos periodísticos, fundando la Escuela de Periodismo de la universidad de Columbia, y facilitando la creación del premio de su mismo nombre, el más laureado y prestigioso de los premios periodísticos americanos.
En este pequeño libro, Joseph defiende la necesidad de la formación reglada de los nuevos periodistas, destaca su labor social, su necesidad en la defensa del interés general, hace una loa del buen periodista y editor, y habla sobre todo aquello que debería de ser, como un poder de contrapeso contra el abuso de los poderosos.
Es un texto breve y nada técnico que interesará no sólo a los profesionales.
Os dejo con alguna de las citas:
"Tenemos unos cuantos periódicos (...) que propugnan peligrosas falacias y falsedades, apelando a la ignorancia, al partidismo, a las pasiones, a los prejuicios populares, a la pobreza (...), sembrando la semilla del descontento, que con el tiempo, si no se le pone freno, conduce sin duda alguna a la anarquía y el derramamiento de sangre".
"¿Cuál será el estado de la sociedad y la política de esta república dentro de setenta años, cuando algunos de los niños que ahora van al colegio aún estén vivos? ¿Conservaremos un gobierno basado en la Constitución, en la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y en la pureza de la justicia, o nos gobernarán el dinero o la mafia?"
(Sobre las lenguas modernas):
"No deben ser consideradas como unas lujosas asignaturas culturales ni meras disciplinas mentales. Hay que considerar cada lengua extranjera como una herramienta: una llave para abrir la vida, la literatura, los valores y las costumbres del pueblo que la usa. ¨Aquel que no conoce ninguna otra lengua¨, dijo Goethe, ¨poco sabe de la suya¨.