
Así que con la coyuntura de tener que trabajar esa tarde, allí mandé a mi madre con el encargo de comprar un par de tomos (uno para mí y otro para mi sobrino). Yo ya había acabado la serie, pero un tomo firmado siempre hace ilusión, y mi sobrino terminó aficionándose a la serie.
Y mi madre, pese a los cubos de agua que cayeron esa tarde, cumplió con creces, y además vino contenta porque aquél señor era muy amable...
¡Un beso para mi madre!
5 comentarios:
Olé por tu madre, que tuvo la santa paciencia de hacer cola para conseguirte un dibujo.
bien k avisas!!!
Pues sí, Pablo, una suerte tenerla.
Un abrazo!
Pero si no nos conocíamos, Oneyros!
Y bien que lo sabes.
Vaya madre, más enrollada...!!!!
Jajaja
Y lo que tiene que soportar por el espacio en casa!
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