miércoles, 30 de marzo de 2011

El mundo según Barney


Lo que podría haberse convertido en una película anodina y de buenas intenciones pero de corto recorrido emocional se transforma en las manos de Paul Giamatti en una historia con fuerza y gancho, merced a la gran interpretación psicológica del personaje protagonista de cinta y título.

Una vida. Ni más ni menos.
Eso es lo que se nos ofrece en pantalla.
Cuando se echa la vista atrás y reflexionamos sobre lo que hemos hecho, lo que hemos dejado pasar, lo que podría haber sido y lo que hemos sentido en nuestros mejores y peores momentos, rodeados de grandes desconocidos y de grandes amores y amigos, se suele entrar en una especie de extasis psicológico que nos puede llevar del gozo a la melancolía o a la tristeza. Si el material es bueno, el resumen de una vida (ficticia o real) en pantalla, debería ir en esa línea e implicar al espectador en todos esos pequeños detalles que conforman la existencia.
La vida de Barney no fue quizás demasiado estridente ni demasiado espectacular ni demasiado aburrida. O quizás tuvo un poco de todo...
En cualquier caso, la mejor manera de comprobarlo es acercarse al cine y disfrutar de Giamatti, Hoffman, Rosamund Pike (cautivadora) y compañía. Yo ya lo he hecho...

2 comentarios:

Mike Lee dijo...

Me llama la tención por lo que comentas de Giamatti y la presencia de Dustin Hoffman. Habrá que darle una oportunidad.

¡Saludos!

The Korinthian dijo...

Hola Mike,

la verdad es que merece mucho la pena verla. Seguro que te gusta.
Un saludo!