domingo, 11 de noviembre de 2018

My heroes have always been junkies


Nueva novela gráfica del tandem Brubaker/Phillips, centrado en una joven obsesionada con las drogas y su mundo, en su lado más romántico y menos centrado en la realidad, a pesar de que su propia madre falleció a causa de ellas. 

Con ciertos toques de novela negra y el típico y sólido trabajo de ambos, que consiguen que entres en lo que está pasando con mucha facilidad, sí que me deja con una cierta relación de inconsistencia y de falta de contenido. Una vez terminada la lectura la sensación es la de que no se nos ha contado nada que sea especialmente interesante, y que la personalidad y la manera en que se desenvuelve la protagonista en ese mundo de drogadictos, muerte y dolor no encaja demasiado con su background vital. 

Los tonos de color de Jacob Phillips son interesantes (la portada, por ejemplo, o algunas escenas retrospectivas), pero en general no encajan demasiado con el tono de la historia y parecen ir más más allá de ponerse al servicio de la misma.

Es cierto que no siempre se puede hacer una obra maestra, pero las últimas obras del tandem parecen estar yendo un poco en esta línea en descenso, sin impactar y ser tan redondas como nos tenían (bien) acostumbrados.

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