El cierre de las tramas principales que han girado en torno a Henry, Pearl y Skinner es lo más destacado de este quinto volumen.
La relación entre los tres, su conclusión y las ramificaciones y/o consecuencias finales destacan por encima de todo lo demás.
Lamentablemente los dos primeros capítulos no parecen escritos por Snyder, -aunque Roger Cruz no lo hace del todo mal, Riccardo Burchielli es sencillamente espantoso-. Ya con el resto del tomo en manos de Albuquerque, todo sube de nivel. Parece que lo que hace el brasileño es fácil, pero sólo lo parece. Domina las expresiones, tiene fuerza y la página tiene energía y está viva.
No sé si seguiré con la serie cuando se retome, pero al menos hasta aquí, queda un correcto colofón.
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