Un breve resumen de las últimas andanzas de nuestro trepamuros. No he podido evitar leer unos cuantos seguidos desde mi último-y negativo- artículo sobre Brand New Day.
El primer arco a cargo de
Slott y
McNiven (546-548) no podía haber empezado peor para mi gusto: Es cierto que McNiven no me maravilla, pero quizás los cambios en el mundo arácnido fueron demasiado para mí y su trabajo se resienta por eso. A pesar del talento de Slott, éste arco brilla por su falta de calidad. Aparecen el hombre negativo y los nuevos (y antiguos) secundarios y el panorama al que la editorial ha enviado al pobre de Peter. Éste se ve envuelto en una trama con la
mafia, y el bueno de Jameson y su salud son protagonistas en las tramas periodísticas que afectan al Globe, donde tendrá mucho que decir Dexter Bennet.
En la siguiente aventura 549-551 (Guggenheim y Larroca), aparecen Lotería (una aventurera registrada a la que Peter pregunta contínuamente su nombre sospechando que pueda ser Mary Jane; hay que ser garrulo...) y Amenaza (un remedo de Duende Verde). Larroca está al nivel habitual, lo que para mí, que no soy fan suyo, es decir poco. Tampoco Guggenheim me dice demasiado. Parece que estén todos empeñados en atontarnos poco a poco con aventuras anodinas en las que Peter no evolucione para que nos quejemos menos.
Tenemos a
Gale y
Phil Jiménez para los 552-554 USA. Hasta el momento, el mejor dibujante del relanzamiento, Jiménez no termina de cogerle el pulso a Spiderman. A pesar de eso, las caracterizaciones mejoran y el nivel visual también lo hace. Las tramas electorales donde intervienen distintos candidatos (uno de ellos padre de la novia de
Harry Osborn) siguen desarrollándose (habiendo empezado en el segundo arco), y se nos presenta un nuevo personaje,
Freak. Habiendo leído por pura elección personal el
Ulises de Joyce (sí, amigos, como se suele decir, no lo hagáis sin un especialista delante) sinceramente debe de ser de lo peor que he tenido que sufrir leyendo. Un Yonki que por accidente cae en el laboratorio del
Dr. Connors y se inyecta una solución de células madre creyendo que son drogas y se transforma en una crisálida-vómito de la que surge un monstruo que resiste a aquello que le vence en cada nueva encarnación una vez que se ha recuperado de nuevo tras un tiempo en su estado de crisálida-vómito, no está destinado a llegar a altas cotas en la historia de la literatura universal, pero tampoco creo que pueda conseguirlo en un
cómic malo de serie C. Pues en uno de Spiderman tampoco, por mucho alguno se quiera empeñar.
Los números 555-557 viene con una mejoría (Wells y Bachalo). Pese a que se trata de otra aventura con nuevas amenazas insulsas que no pueden ir más allá de los 3 números, el sentido del humor aflora en los momentos necesarios. La amenaza Maya no pinta demasiado en New York, pero Bachalo dibuja algunas de sus mejores páginas, los personajes secundarios adquieren presencia y soltura con él-incluso los ocasionales-, y ver a Spidey entre la nieve es una verdadera gozada.
En el número 558 vuelve Gale acompañado esta vez de
Barry Kitson, otro dibujante que no es demasiado de mi agrado y que cumple el expediente. Aparecen Amenaza, sigue Jameson como personaje importante en la serie, la trama política y -horror- Freak, aunque a
l menos la manera de neutralizarle sí resulta graciosa.
Y al fin llegamos a los 2 últimos números (los mejores), con un Slott recuperado y un Marcos Martín espléndido como siempre. Sus personajes están vivos, se mueven, interactúan. La puesta en página es graciosa, elegante e imaginativa.
Aparece Screwball, supervillana cuyas fechorías se transmiten en directo, y que no duda en acusar a Spiderman de intentar asesinarla- aprovechando que le ha lanzado un rastreador araña-, para librarse de él en plena persecución (una trama que viene de unos números atrás y que he olvidado mencionar antes al igual que los guionistas de Marvel han olvidado desarrollarla según avanzan los números. No me lo tengáis demasiado en cuenta si no lo hacéis tampoco con ellos: El caso es que han aparecido unos cuantos cuerpos asesinados con rastreadores araña). El nuevo papel de Peter como Paparazzi parece ayudarle económicamente, pero le enfrenta con sus amigos y familia. Aparece una nueva chica-amenaza, enamorada enfermizamente de cierto famoso acosado por la prensa rosa, y en la última página aparece el retorno de un personaje importante al título (ciertamente no demasiado por sorpresa, según iba la trama). Estupenda segunda portada de Martín, homenaje al Pop-Art y Roy Liechtenstein. Mientras Martín esté en el título, merecerá la pena.
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Casi recién acabada la lectura del Garaje Hermético, y tras conseguir un maravilloso sketch de Giraud en Barcelona del Teniente Blueberry, creo que voy a aprovechar la paga extra para invertir en el autor francés. Desde antes de coleccionar cómics ya tenía un antiguo Blueberry de tapa dura (que cuando comencé a aficionarme cumplía las funciones de base para el resto de los nuevos y excitantes comics que llegaban poco a poco a casa). Me recordaba a aquellas películas del oeste de Clint Eastwood, con personajes retorcidos, malvados, sudorosos, y casi siempre con dobleces. Traiciones, asesinatos, y la lucha contínua por el dinero. Ya entonces estaba sembrado el germen de atracción por el autor, aunque bien es cierto que tengo pocos de sus trabajos: Algún Blueberry -como mencioné-, una historia corta en el especial Concrete: Salvar la tierra, el Silver Surfer con Stan Lee, algunas ilustraciones sueltas, y el Garaje Hermético.
laras que nos permiten seguir algo más seguros la trama. En ocasiones se hace complicado saber qué está pasando, y uno se pregunta si no es todo más que una comedura de tarro de Moebius. En cualquier caso, las ilustraciones son realmente maravillosas, un prodigio de economía de medios, de sencillez y de elegancia. Una espectáculo visual de luces y sombras (la obra es en blanco y negro) que merece la pena ser contemplada.
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