Originalísima puesta en escena temática para una hermosa, ingeniosa y entretenida película.
La base general de la historia no es nueva, pero sí el prisma que la tamiza para que el espectador actual (tan acostumbrado a ver todo tipo de cine si este le apasiona) salga de la sala con una bonita sonrisa en los labios.
Enmarcada entre los años 20 y 30 del pasado siglo, The artist es una apuesta arriesgada que afortunadamente ha funcionado: Arriesgada porque toda originalidad siempre es difícil de asumir, y afortunada porque parece que ha descubierto que hay un público ahí fuera deseoso de degustar buenos trabajos (cosa que nunca he dudado).
The artist funciona en varios niveles:
Formalmente su fotografía en blanco y negro deslumbra incluso a la hora de simular que está realizada en la época que retrata. Al mismo tiempo su falta de sonido permite jugar internamente con la situación, a la vez que permite desarrollar una película muda dentro de otra muda.
En cuanto a la historia en sí, los verdaderos artífices de que nos enamoremos (al menos por mi parte) del film (por encima de su estupenda originalidad) son el acertado elenco de intérpretes.
Jean Dujardin atrapa ese sabor clásico de los antiguos actores de Hollywood con un aire perfecto a lo Gene Kelly, y Bérénice Bejo lo hace con tan solo una de sus miradas...Su expresividad y vitalidad son realmente admirables.
Acompañándoles están unos geniales John Goodman y James Cromwell (que estremece con su perfecto estoicismo lleno de vida y preocupación).
Sólo unos intérpretes tan excepcionales como estos son capaces de dar vida a un film. Si a ellos le añadimos lo anterior, el resultado es un estupendo trabajo del que quizás sólo restaría algo de metraje para insuflar más ritmo.
Seguramente se convertirá en un clásico en unos años. Espero que su recorrido sea amplio y que podáis descubrir esta pequeña joya de la gran pantalla, porque contiene momentos realmente hermosos.
La base general de la historia no es nueva, pero sí el prisma que la tamiza para que el espectador actual (tan acostumbrado a ver todo tipo de cine si este le apasiona) salga de la sala con una bonita sonrisa en los labios.
Enmarcada entre los años 20 y 30 del pasado siglo, The artist es una apuesta arriesgada que afortunadamente ha funcionado: Arriesgada porque toda originalidad siempre es difícil de asumir, y afortunada porque parece que ha descubierto que hay un público ahí fuera deseoso de degustar buenos trabajos (cosa que nunca he dudado).
The artist funciona en varios niveles:
Formalmente su fotografía en blanco y negro deslumbra incluso a la hora de simular que está realizada en la época que retrata. Al mismo tiempo su falta de sonido permite jugar internamente con la situación, a la vez que permite desarrollar una película muda dentro de otra muda.
En cuanto a la historia en sí, los verdaderos artífices de que nos enamoremos (al menos por mi parte) del film (por encima de su estupenda originalidad) son el acertado elenco de intérpretes.
Jean Dujardin atrapa ese sabor clásico de los antiguos actores de Hollywood con un aire perfecto a lo Gene Kelly, y Bérénice Bejo lo hace con tan solo una de sus miradas...Su expresividad y vitalidad son realmente admirables.
Acompañándoles están unos geniales John Goodman y James Cromwell (que estremece con su perfecto estoicismo lleno de vida y preocupación).
Sólo unos intérpretes tan excepcionales como estos son capaces de dar vida a un film. Si a ellos le añadimos lo anterior, el resultado es un estupendo trabajo del que quizás sólo restaría algo de metraje para insuflar más ritmo.
Seguramente se convertirá en un clásico en unos años. Espero que su recorrido sea amplio y que podáis descubrir esta pequeña joya de la gran pantalla, porque contiene momentos realmente hermosos.
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2 comentarios:
Te cobrarán una tercera parte no? es decir, sin color, sin diálogos? ejem.... estamos en crisis pero...
Ya fuera de coñas, me ha gustado incluso a mi!
Jajajja, pues si hasta te ha gustado, ¡no me digas más!
XD
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