Una de las películas más serias e interesantes del año, principalmente por la calidad interpretativa de los protagonistas (con un Christopher Walken realmente sublime destacando entre todos ellos).
Un cuarteto de música de cámara actual, su vida real y las relaciones entre los miembros del cuarteto son las bases sobre las que se construye la historia (a la que le falta algo de humor para contrapesar el resto del guión y hacerlo más redondo).
Pese a esta falta, los diálogos, las reflexiones, las caracterizaciones y las relaciones entre personajes son siempre interesantes, inteligentes y muy acertadas.
La música actúa como vertebradora para construir la historia principal y todos los matices que la adornan y hacen creíble el resultado final.
Todo buen melómano disfrutará de las preciosas piezas seleccionadas, así como del modo en que se refleja el tipo de vida que todo gran músico debe realizar para serlo. Este aspecto otorga un matiz enriquecedor que a los aficionados a la buena música (y a los no iniciados) no siempre se nos pasa por la cabeza cuando estamos disfrutando de un concierto. La excelencia tiene su precio y conviene recordarlo.
Si eres amante de la buena música y de las buenas interpretaciones, adelante.
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