Dirigida y protagonizada por Ben Stiller, la cinta es un canto (tan en consonancia y de moda con la situación anímica general actual) a la búsqueda interior y la lucha por aquello que es tan necesario como el comer para vivir: los sueños, el motor, la ilusión por hacer algo que nos impulsa a disfrutar y vivir.
Se queda lejos de ahondar y el resultado es entretenido (pese a que mi miedo era que lo mejor y casi único estaba en el tráiler) y bastante soft, aunque se deja ver.
Tiene algo de viaje interior, algo de humor, no resulta farragosa ni engolada, aunque da la sensación de quedarse en lo sencillo, cae en tópicos y ciertas partes no muestran ninguna originalidad.
Una medianía ciertamente entretenida.
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