El tomo recopilatorio de Showcase es una de las mejores maneras de disfrutar del grandísimo talento gráfico del maestro Joe Kubert.
Incluye material de mediados de los 60 hasta principios de los 80 (con otros creadores, como Howard Chaykin, John Severin o Neal Adams), pero en su mayor parte para mayor delicia de los aficionados al padre de los Kubert, consta de material dibujado por él.
Los guiones de Kanigher son bastante acartonados, repetitivos y sobreactuados, con los personajes más cercanos al cliché que a un acercamiento naturalista o que al menos quisieran profundizar lo mínimo en su psicología, por lo que no se acercan a la calidad de otras obras como las narradas por la estupenda EC Comics.
En cualquier caso, como destacaba especialmente al inicio, es Joe Kubert el verdadero gancho, (capaz de hacer interesante un guión sobre tomates hablando al borde de una carretera, como en el famoso chiste), por lo que las historias del as alemán en sus combates aéreos en la Primera Guerra Mundial no dejan de ser un estupendo gozo visual.
Incluye material de mediados de los 60 hasta principios de los 80 (con otros creadores, como Howard Chaykin, John Severin o Neal Adams), pero en su mayor parte para mayor delicia de los aficionados al padre de los Kubert, consta de material dibujado por él.
Los guiones de Kanigher son bastante acartonados, repetitivos y sobreactuados, con los personajes más cercanos al cliché que a un acercamiento naturalista o que al menos quisieran profundizar lo mínimo en su psicología, por lo que no se acercan a la calidad de otras obras como las narradas por la estupenda EC Comics.
En cualquier caso, como destacaba especialmente al inicio, es Joe Kubert el verdadero gancho, (capaz de hacer interesante un guión sobre tomates hablando al borde de una carretera, como en el famoso chiste), por lo que las historias del as alemán en sus combates aéreos en la Primera Guerra Mundial no dejan de ser un estupendo gozo visual.
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