A partir de la quinta entrega de la serie, Jason Aaron nos muestra el responsable de la nueva escisión de las personalidades de Banner y Hulk.
Sorpresa y consecuencias aparte, el guión termina resintiéndose en el resultado final por la rigidez narrativa de Whilce Portaccio y su irregular entintado (con tres profesionales encargándose de ello en la quinta entrega). Esto no es así en el cuarto número, donde Whilce se muestra a mucho mejor nivel. Y es que seguramente los problemas en las entregas de Marc Silvestri o lo ajustado de las fechas de entrega están lastrando el resultado gráfico en gran medida...
Todo empieza un poco a sonar forzado y fuera de lugar, a no ser que Aaron pueda reconducir un inicio que parecía prometedor.
Veremos...
Sorpresa y consecuencias aparte, el guión termina resintiéndose en el resultado final por la rigidez narrativa de Whilce Portaccio y su irregular entintado (con tres profesionales encargándose de ello en la quinta entrega). Esto no es así en el cuarto número, donde Whilce se muestra a mucho mejor nivel. Y es que seguramente los problemas en las entregas de Marc Silvestri o lo ajustado de las fechas de entrega están lastrando el resultado gráfico en gran medida...
Todo empieza un poco a sonar forzado y fuera de lugar, a no ser que Aaron pueda reconducir un inicio que parecía prometedor.
Veremos...
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