"Dios creó cosas sin utilidad práctica. Pero esas son precisamente las más bellas. La vida del hombre es una creación inútil. Tan inútil y absurda como mi gesto o el de mi padre. Pero ese fervor es magnífico. Es inigualable, pese a su inutilidad".
Gheorghiu da una lección de vida en esta novela, que debería de ser de lectura imprescidible para todo ser humano que se precie de serlo: Triste por la dureza del inútil, absurdo, irracional y gratuito sufrimiento reflejado en ella. Imprescindible porque conocer el pasado es la única manera de evitar en el futuro los mismo errores ya vividos.
El dolor y el sufrimiento sin sentido provocado por el régimen nazi en el pasado siglo, centrado en Rumanía y Hungría en esta ocasión, -pero pudiéndose circunscribirse a cualquier lugar y persona-y las condiciones amargas e injustas de la población retenida tras la guerra -tanto en zona soviética como aliada-, hablan por igual de la locura de todo sistema centrado en el utilitarismo y la deshumanización tecnológica, que poco a poco fue impregnando a la civilización occidental.
Un clásico imprescindible.
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