Para los reticentes con este tipo de trabajos, debo decir que esta fantástica e inteligente novela de ficción juega con la condición humana y plantea un mundo post-apocalíptico en el que la especie humana ha sobrevivido (a duras penas) a un patógeno que golpea a los vivos transformándolos en no muertos o zombies a escala mundial.
El enfoque es global, y precisamente ahí está uno de sus puntos fuertes:
Se nos muestran numerosos y pequeños retazos de la historia en numerosos puntos del globo, en variadas situaciones personales, políticas, sociológicas, económicas, culturales y en definitiva, humanas.
Esas pequeñas historias forman parte del puzzle global y aciertan al mostrar la humanidad y la cercanía de los protagonistas, haciendo muy fácil que uno se ponga en su pellejo (incluso en una situación como esa).
Uno se estremece no sólo por la amenaza a la vida particular de los personajes, sino con los cambios geopolíticos que podrían producirse no sólo con un conflicto de ciencia ficción como este, sino con cualquiera de aquellos a los que la humanidad nos suele tener acostumbrados.
Una novela fabulosa, repleta de potencia, intencionalidad (lleva a la reflexión tanto como entretiene) y buenos ratos...
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