Superman resulta una película entretenida, con sus aciertos (ciertos momentos en que la fotografía hace destacar el instante, casi deteniéndose y mostrando la magia y lo especial del fotograma) y sus errores.
La narrativa funciona, mostrando Krypton en el inicio, y mezclando los flashbacks de la niñez de Clark con el presente, y Kevin Costner personalmente, me parece que realiza la mejor interpretación de lejos de la película pese a ser uno de los papeles más cortos. Ese momentazo (pese al absurdo) bien merece el aplauso.
Las consabidas peleas que todo blockbuster veraniego debe tener pues bueno, están bien resueltas y los Kyptonianos ofrecen la mejor de las credenciales para ello.
Entretenida es, cierto, aunque también según ha ido pasando el tiempo desde que la vi más banal y poco original me parece, sin que haya aportado nada especial al personaje, manteniéndose el top en mi memoria con el siempre maravilloso y seguramente irrepetible Reeve en todo lo alto.
Uno no puede evitar comparar si no resultados, sí al menos sentimientos y sensaciones:
No hay química entre estos Lois y Clark...Reeve y Kidder lo bordaban.
El nuevo General Zod es un muñeco cabreado que sólo sabe apretar los dientes y gritar (qué maravilla la frialdad y contención del amenazantemente hierático Terence Stamp), y lo mismo se puede decir del carisma de sus compañeros. Que la nueva actriz y amenaza kryptoniana sea más guapa no hace que su papel aporte algo al film.
Superman no mata: esta es la base sobre la que se construyó el personaje en los tiempos modernos, y la clave de esa última e impresionante historia del personaje guionizada por Alan Moore antes del relanzamiento por parte de Byrne. Cruzar esa línea supone el fin de Superman. Cruzarla a posteriori supone que las vidas que se han perdido anteriormente como consecuencia de no haberla cruzado antes se perdieron para nada. El Superman que conozco siempre busca incansablemente otra opción para evitar tomar esa decisión, una decisión que podría tener consecuencias bastante oscuras para el futuro en un planeta de seres a merced de su propio poder.
Por mucho que la preocupación de un padre con respecto a la seguridad y a la felicidad de su hijo implique que en cierta forma prefiera que no se exponga al ataque de la sociedad por su diferencia, Jonathan Kent siempre fue un hombre honrado, de buen corazón e implicado en que su hijo pusiese por encima de su propia seguridad y de su propia gente el bien común. No es de recibo que presione a Clark para que no haga lo que tiene que hacer para salvar una vida poniendo por encima de eso su propia privacidad.
Estas son algunas de las contradicciones y aciertos del film a grandes rasgos.
Aún me queda Wolverine, aunque parece que por lo que he oído no tengo aún ninguna prisa...
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