Diversión y entretenimiento con mucho humor para este film de espionaje ligero que sin altas pretensiones, consigue lo que se propone y un poco más. un
Cavill interpreta a un sobreactuado espía norteamericano (por el guión y el tono del film, no porque se exceda en su registro) que tendrá que colaborar con otro curioso agente de la KGB, interpretado magníficamente por Armie Hammer, en un papel más complejo y rico en sus contrastes. El resto del elenco cumple perfecto, con un Hugh Grant al que comienzan a echársele los años encima, sin que eso afecte a su británica presencia y saber hacer.
Años 60. Guerra fría. Amenaza nuclear y un muy buen rato en las salas.
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