Jordi Bernet ha ilustrado espléndidamente la novela del no menos espléndido Jim Thompson.
El estilo del escritor norteamericano le queda como un guante a Bernet, que se mueve como pez en el agua con esos personajes cínicos, socarrones y solitarios muy en la línea de su Torpedo.
La novela se desarrolla en el oeste americano, antes de la guerra civil, en una pequeña ciudad. Allí veremos las miserias del alma humana, tanto colectivamente como de manera individual, y la facilidad con que con determinados resortes se puede manipular a las masas y a los individuos para hacerlos llegar y hacer lo que alguien sin escrúpulos desea que hagan.
Además Thompson es un maestro en hacer reir. Una sonrisa algo retorcida, cierto, pero tremendamente divertida...
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