La gran virtud de esta novela es la de que todo aquel que haya mínimamente vivido en torno a los años 80 su infancia y haya gustado de la lectura y coleccionismo de cómics en España encontrará múltiples puntos de enlace con sus propias vivencias: Lugares comunes compartidos de una u otra manera, aunque los detalles varíen.
Esa generación que poco a poco se quedó fascinada con los tebeos superheroicos (y posteriormente de otros géneros, aunque siempre estuviesen los clásicos como Mortadelo y Filemón y algo europeo) vivió y mamó de alguna manera de forma muy similar su pasión, que en mi caso fue algo más aislada que en la novela, pero siempre ilusionante, divertida, colorida y compartida.
Cómo no recordar la ilusión por ir al Kiosco por las novedades del mes, la problemática de abarcar todo lo bonito que ibas descubriendo y que la economía hacía poco viable...las ofertas de segunda mano en montones de tebeos en las casetas de la Cuesta de Moyano o de El Rastro madrileño...los domingos de paseo con el padre...cómic y patatas bravas hacían una buena combinación (y lo siguen haciendo)...
En fin, que ese ejercicio de nostalgia que Helio Mira y Julián Clemente nos proponen es todo un acierto...
2 comentarios:
No soy yo mucho de nostalgia, pero claro, el hecho de haberlo vivido, seguro que hace que de palmas con las orejas. Otro que tiene una pinta estupenda es "La historia jamas contada de Marvel", que se editó por las mismas fechas, y aunque no sea una novela, seguro que les ha quedado jugosísimo...
Saludos
Totalmente de acuerdo, León.
Al otro no le he echado el ojo aún...
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