Bravo consigue traernos al Spirou más enternecedor y entrañable que he leído.
En un entorno repleto de personajes secundarios recordables y cercanos, Bravo configura una aventura anclada en la historia del siglo XX (los momentos antes de estallar la Segunda Guerra Mundial), en la que el equilibrio entre la realidad y las vivencias más al margen de ésta acierta por completo.
Spirou y Fantasio aún no son amigos, y el famoso botones, aún muy niño, se verá expuesto a un mundo que poco tendrá de amistoso en breve. Una aventura personal que le enfrentará a la edad adulta y a la pérdida de la inocencia.
Quizás para algunos sea muy "Tintín". No sé si lo será. Pero lo que sí sé es que Bravo realiza un trabajo soberbio, y que ésta es sin duda una lectura sobresaliente.
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