Con sus señas de identidad presentes también en esta muestra, Madoz juega en esta ocasión con elementos de la naturaleza, así como con el dibujo y el texto, combinándolos con el resto de su trabajo habitual, con el paso del tiempo como telón de fondo en más de una de las fotografías de la muestra.
Hasta el 2 de agosto en Madrid, en la Sala Alcalá 31.
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