La nueva entrega de Hellboy con Mignola al guión y a la parte gráfica mantiene las señas de identidad del autor y del personaje.
Mignola domina como pocos los ambientes, las atmósferas, los silencios y ese instante siguiente al narrado que todos estamos esperando.
Su dominio gráfico es importante, demostrando que la mayor parte de las veces mostrar más no significa ser mejor.
En cuanto a la historia, poco hay que decir, salvo la amenaza agazapada, el pueblo aparentemente tranquilo y unos cuantos buenos mamporros que vienen siendo habituales, aunque siempre hay una risa socarrona asomando y algún chiste acertado para animar la situación.
Un buen homenaje a Goya aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y un par de bromas respecto a los marchantes de arte y a la compra/venta de pisos destacan en esta historia algo repetitiva, sencilla y sin pretesiones y que se lee en un suspiro.
2 comentarios:
Bueno, parece que reúne todos los rasgos típicos de las historias breves de Hellboy.
Lo que sí me pareció abusivo fue el precio por un sólo número.
¡Saludos!
Pues sí, Mike. Lo bueno es que Fran me regaló el comic y eso que me ahorré.
¡Gracias Fran!
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