La nieve volvió a Madrid con fuerza y como la última vez, no me pude resistir a bajar cámara en mano a disfrutar de ella en directo.
El sonido al pisarla, la risas de las bolas, los juegos de los canes persiguiéndose, la quietud del lento caer sobre la calle y sobre uno mismo... La igualdad que lo cubre todo y la ausencia de ruidos...
Me gusta disfrutar de su cara amable y tranquila...
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