El siempre agradable y simpático March atendió a sus fans como suele ser habitual, con agradecimiento y lo mejor de su talento, que es mucho.
En esta ocasión la suerte estaba de cara: Llegué cuando ya había empezado la sesión de firmas y sin dinero en los bolsillos. El amigo Juan Rojas estaba allí delante de mí y me prestó un billetito (¡Gracias otra vez, Juan!) para el tomo de Sofía, Ana y Victoria; cuando hojeé el tomo ví que estaba deteriorado y pedí otro, y entonces Guillem dijo que ya tenía un dibujo hecho en uno y que si alguien no quería esperar la cola para alguna Harley Quinn o Poison Ivy era suyo. Le pedí verlo (el resto querían Ivy y Harley, claro) y me enamoré de la preciosa chica que acababa de dibujar.
Así que sin dinero, sin esperar, y con dibujo debajo del brazo me fui más contento que unas Pascuas...
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